A veces siento que no pego nada, que me he perdido y he ido a parar a esta ciudad porque era el sitio del que más cerca estaba. Muchas veces ni siquiera con mis propios amigos me siento bien, es como si me forzaran a sonreir.
La gente me agobia, no entienden que a veces necesito estar en silencio, que porque no hable no significa que me pase nada, simplemente estoy bien así.
Quizás yo también tengo parte de culpa de todo esto, tengo bastante pronto, lo suelto todo y luego me arrepiento. Casi siempre me arrepiento pero luego no me sale pedir perdón. Supongo que viene de familia.
No hay nadie que no me haya defraudado en algún momento, NADIE. En el fondo es culpa mía porque a veces le doy demasiada importancia a las cosas.
¿Veis? Siempre es culpa mía aunque me de cuenta después de haberla jodido. Hasta ahora han sido conversaciones y subidas de tono, lo normal. Cosas que se olvidan con facilidad. Mientras no llegue a más me considero feliz.
A parte de mis rayadas de cabeza solo me quedan dos días de estudio. El lúnes tengo mi último examen, no tengo clase pero nos obligan a ir al examen así que eso haré.
Ya tengo la familia de California, luego probablemente haga otra entrada y así os cuento.
1 comentario:
Con esta entrada no sólo te has definido a ti, si no que también me has definido a mí este curso, sobre todo los últimos meses. Me agobia que la gente no entienda que algunas veces los silencios no tienen porqué ser incómodos, porque lo que yo más necesito últimamente es estar en silencio.
Muchísima suerte en ese último exámenes -a mí aún me quedan cinco- y a disfrutar de tu viaje a California. Q U É E N V I D I A.
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